Este polémico proceso de presunta convergencia entre sistemas universitarios europeos me trae de cabeza desde hace unos meses. A mi escepticismo inicial le siguió el convencimiento de su necesidad. Sin embargo, convencido ya de que es inevitable e ineludible e incluso necesario, no dejan de surgirme dudas y preguntas. Por ejemplo ayer me vino a la cabeza que entre todas las opiniones que he podido leer en los medios de prensa -hago una búsqueda en google cada día- no he encontrado ninguna cuyo autoría proviniese de la esfera empresarial. ¿Cómo es posible? ¿No se supone que uno de los motivos fundamentales es la adaptación del producto universitario a la demanda empresarial?
Desde hace tiempo tengo el convencimiento que a las empresas la Universidad se la refanfinfla. Tan sólo unas pocas han sabido ver en sus infraestructuras técnicas y humanas una oportunidad para abaratar costes y otras menos para invertir en futuro y viabilidad.
De todos modos seguiré buscando por si acaso me he equivocado.
Empieza la semana santa y nos merecemos desconectar para volver con más fuerza.
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