DON GERARDO, EL LIBERAL
Palabrita de don Gerardo Díaz Ferrán, primer piloto de la aerolínea de cuerpo presente: “Yo tampoco habría elegido Air Comet para volar”. A buenas horas avisa. El presidente de la CEOE culpa de su aterrizaje forzoso a los sindicatos, al juez, al Gobierno, al empedrado… Aún vive en ese “paréntesis” del libre mercado que pidió hace meses; ese paraíso empresarial donde los beneficios son privados, pero las pérdidas son públicas y se pagan a escote.
Las de Air Comet, de momento, nos van a costar 6,3 millones de euros en vuelos que adelanta Fomento para esos pasajeros que se han quedado en tierra gracias a la buena gestión del líder de la patronal. Es la guinda de una larga carrera. Don Gerardo el liberal comenzó su fortuna con las privatizaciones de autobuses que decidía Arias Navarro, el primo de la madre de su socio, que entonces era alcalde de Madrid. Pronto cambió de camisa.
Tras el franquismo, el felipismo le vendió Marsans con una rebaja de lo más liberal. Más tarde el aznarismo le entregó Aerolíneas Argentinas por el increíble precio de 1 euro, una adjudicación que aún está en los tribunales. Pero la horma de su zapato la encontró con el aguirrismo y Esperanza, otra liberal que, según sus propias palabras, “es cojonuda”. Tan cojonuda que don Gerardo donó a Fundescam 246.000 euros que después el PP de Madrid invirtió en la campaña electoral de la lideresa. Su generosidad fue justamente correspondida y la Comunidad de Madrid le adjudicó 6,4 millones de euros en contratos públicos; además de un sillón en el consejo de Caja Madrid, una caja a la que hoy debe 26,5 millones.
“La mejor empresa pública es la que no existe”, proclamó don Gerardo al ser nombrado presidente de la CEOE. Salvo que reparta favores a los amigos, por supuesto.